Si algo distingue a Shay Mitchell, es que disfruta la vida al máximo, y que no sólo es su optimismo lo que la ha llevado lejos, sino también su decisión y fortaleza. Originaria de Mississauga, Ontario, desde niña le dejó claro a sus padres que su destino era estar frente a las cámaras; que simplemente sentía el talento correr en sus venas y nada iba a ser impedimento para conseguir sus objetivos. A los cinco años, cuando muchos ni sabían qué querían ser de grandes, ella ya estaba tomando clases de danza y participando en diversos concursos a nivel nacional, pero no fue sino hasta los once años cuando encontró un casting de modelaje al que decidió asistir, y ahí fue cuando todo cambió.
Bangkok, Hong Kong, Barcelona, Tailandia y muchos lugares más fueron testigos de su trabajo… pero, sorprendentemente, eso no era suficiente para la señorita Mitchell. Después de algunos años, regresó a su hogar en Canadá para estudiar actuación. Y si bien comenzó con papeles pequeños como en Degrassi: The Next Generation (del cual surgieron otros talentos, como el ahora también cantante Drake), Rocky Blue y Aaron Stone, no fue sino hasta el éxito televisivo Pretty Little Liars cuando por fin llegó a la cima, al darle vida a Emily Fields, quien resalta de las otras tres protagonistas, por ser un personaje homosexual. Cinco temporadas después, Shay tiene millones de fans en el mundo, que no sólo la admiran por su talento, sino por esta energía positiva implacable, que en serio te hace creer que todo en la vida es posible, si en verdad lo deseas.
Glamour: Pocos programas pueden presumir cinco temporadas exitosas, como es el caso de Pretty Little Liars. ¿Qué tal ha sido la experiencia de participar en este famoso show?
Shay Mitchell: Honestamente, es un sueño hecho realidad. Todos los días me doy cuenta de lo divertido que es este proyecto, y nos da gusto notar la importancia que tiene para la audiencia, ver cosas completamente distintas de las que están acostumbrados en la TV (¡un poco de drama y acción nunca han lastimado a nadie!). Sin embargo, lo que más me emociona es que somos un gran equipo, desde el elenco hasta los de producción y escritores… eso lo hace más ameno. Todo el ambiente se siente tan hogareño, que me recuerda siempre por qué amo lo que hago. Me alegra saber que todos nos esforzamos por llevar algo de calidad a sus pantallas.
G: Pero antes de la TV, trabajaste de modelo. ¿Qué te enseñaron las pasarelas, que te sirve ahora en la actuación?
SM: Creo que la lección más importante es nunca rendirme. Sí, el rechazo es algo muy común dentro de este tipo de profesiones, pero no podía permitir que eso me bajara los ánimos. Necesitaba ser fuerte y canalizar las emociones negativas a otras cosas, nunca en mí (ni en mi talento), pues es el error que muchos cometemos. El modelaje me enseñó a seguir adelante, y a esperar las buenas cosas (en mi caso, Pretty Little Liars cambió todo mi mundo, ¡por eso sé de lo que hablo!). Las cosas por las que debes luchar son las que valen la pena y te hacen bien a largo plazo. Si realmente quieres algo, pelea por eso, que los obstáculos no te asusten.
Todo es una trampa de A la del video es Betania osea la verdadera A.
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