sábado, 29 de diciembre de 2012

Club de Lectura (2x04)

Te traemos un nuevo capítulo de Flawless, el capítulo 4
Si te perdiste el capítulo anterior, lo podés leer aquí
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Capítulo 4: Hay verdad en el vino… o, en el caso de Aria, el Amstel.

Mientras Aria Montgomery se deslizaba dentro de la casa vanguardia de su familia—la cual se destacaba en su típica calle de Rosewood de neoclásicas Victorianas—ella escucho a sus padres hablando silenciosamente en la cocina.
—Pero no entiendo —su madre, Ella—. A sus padres les gustaba que Aria los llamara por sus primeros nombres —estaba diciendo—. Me dijiste que podías ir a la cena de los artistas la semana pasada. Es importante. Creo que Jason podría comprar algunas de las pinturas que hice en Reykjavík.
—Es solo que ya estoy atrasado con mis papeles —su padre, Byron, respondió—. No he determinado las clasificaciones todavía.
Ella suspiro. 
—¿Cómo es que tienen papeles y solo has tenido dos días de clase?
—Les di su primera asignación antes de que el semestre empezara. —Byron sonaba distraído—. Te lo compensare, lo prometo. ¿Qué tal Otto’s? ¿El sábado por la noche?
Aria cambio su peso en el vestíbulo. Su familia justo había retornado de estar dos años en Reykjavík, Islandia, donde su padre había estado de año sabático por enseñar en Hollis, la universidad liberal de arte de Rosewood. Había sido el perfecto alivio temporal para todos ellos —Aria necesitaba el escape después de que Ali desapareciera, su hermano, Mike, necesitaba algo de cultura y disciplina, y Ella y Byron, quienes tenían días sin hablar, parecían haberse vuelto a enamorar en Islandia. Pero ahora que estaban de nuevo en casa, todos se estaban revirtiendo otra vez en sus disfuncionales maneras.
Aria paso a la cocina. Su padre se había ido, y su madre estaba parada cerca de la isla, con la cabeza en sus manos. Cuando vio a Aria, brilló. 
—¿Cómo estas, cariño? —pregunto cuidadosamente, tocando la tarjeta del funeral que habían recibido en el servicio de Ali.
—Estoy bien —murmuro Aria.
—¿Quieres hablar de ello?
Aria sacudió su cabeza. —Luego, tal vez — ella huyo hacia la sala, sintiéndose espástica y distraída, aunque había bebido seis latas de Red Bull. Y no era solo por el funeral de Ali..
La semana pasada “A” se había burlado de Aria por uno de sus oscuros secretos: En séptimo grado, Aria atrapo a su padre besando a una de sus estudiantes, una chica llamada Meredith. Byron le había dicho a Aria que no le dijera a su madre, y Aria nunca lo había hecho, aunque siempre se sentía culpable por eso. Cuando “A” amenazo con contarle a Ella toda la fea verdad, Aria había asumido que “A” era Alison. Fue Ali quien había estado con Aria cuando ella atrapo a Byron y a Meredith, y Aria nunca le había dicho a nadie más. Pero ahora Aria sabia que “A” no podía ser Alison, pero la treta de “A” todavía estaba allá afuera, prometiendo arruinar la familia de Aria. Ella sabía que debería decirle a Ella antes de que lo hiciera “A” pero ella no podía obligarse a sí misma a hacerlo.
Aria camino hacia el porche trasero, pasando sus dedos a través de su largo cabello negro. Un flash de blanco se asomo a través. Era su hermano, Mike, corriendo alrededor del patio con su palo de lacrosse. 
—Hey —llamo ella, teniendo una idea. Cuando Mike no respondió, ella camino hacia el césped y se paró en su camino—. Voy al centro. ¿Quieres venir?
Mike hizo una cara. 
—El centro está lleno de hippies sucios. Además, estoy practicando.
Aria rodo sus ojos. Mike estaba tan obsesionado con estar en el equipo de lacrosse de Rosewood Day, que él ni siquiera se había molestado en cambiarse su traje gris carbón antes de empezar a hacer dribles. Su hermano era tan típico chico de Rosewood—con su gorra blanca de beisbol sucia, obsesionado con el PlayStation, ahorrando para comprar una Jeep Cherokee verde-cazadora tan pronto como cumpliera dieciséis. Desafortunadamente, no había cuestionamiento en que compartían la misma reserva genética —ambos, Aria y su hermano eran altos y tenían cabello azul-negro y rostros angulares inolvidables.
—Bueno, voy a emborracharme —ella le dijo—. ¿Seguro que quieres practicar?
Mike redujo sus ojos azul-grisáceos hacia ella, procesando esto. 
—¿No me estas arrastrando secretamente a una lectura de poesía?
Ella sacudió su cabeza. 
—Vamos al bar de universidad mas ordinario que encontremos.
Mike se encogió de hombros y recostó su palo de lacrosse. —Vamos —dijo.
***
Mike cayó en una cabina. 
—Este lugar es genial.
Ellos estaban en la Cervecería Victoria—en efecto, el bar más ordinario que pudieron encontrar. Estaba flanqueado por un salón de pircings y una tienda llamada Hippie Gypsie que vendía “semillas hidropónicas”—codazo, codazo.
Había una mancha de vomito en la acera del frente, y un gorila medio-ciego, de trescientas libras los había hecho entrar, demasiado absorto en la revista Dubs para pedirles su identificación.
Adentro, el bar estaba oscuro y mugriento, con una sucia mesa de Ping-Pong en la parte de atrás. Este lugar era bastante parecido a Snooker’s, el otro bar mugriento de Hollis, pero Aria había prometido nunca poner un pie en Snooker’s de nuevo. Ella conoció a un chico sexy llamado Ezra en Snooker’shace dos semanas, pero luego el termino siendo menos que un chico y mas que un profesor de Inglés de clase avanzada—su profesor de Inglés de clase avanzada. “A” le envió a Aria mensajes burlones acerca de Ezra, y cuando Ezra
accidentalmente vio lo que “A” había escrito, el asumió que Aria le estaba diciendo a toda la escuela acerca de ellos. Así termino el romance de la facultad de Rosewood de Aria.
Una mesera con enormes senos y trenzas de Heidi llego hasta su cabina y miro a Mike sospechosamente.
—¿Tienes veintiuno?
—Oh, sí —dijo Mike, plegando sus menos en la mesa—. En realidad tengo veinticinco.
—Queremos una jarra de Amstel —interrumpió Aria, pateando a Mike debajo de la mesa.
—Y —Mike añadió—, Yo quiero un shot. De Jaeger.
Las trenzas de Heidi hacían verla adolorida, pero ella volvió con la jarra y el shot. Mike bebió el Jaeger e hizo una cara fruncida y femenina. El golpeó el vaso de shot en la mesa de madera con astillas y miro a Aria. 
—Creo que ya entendí porque has estado tan loca —Mike había anunciado la semana pasada que pensaba que Aria estaba actuando incluso más raro de lo usual, y prometió averiguar porqué.
—Me estoy muriendo por saber —dijo Aria secamente. 
Mike empujo juntos sus dedos en una torre, un gesto profesoral que su padre a menudo hacia. 
—Creo que estas bailando secretamente en Turbulence.
Aria se rió tan fuerte, que la cerveza voló por sus canales nasales. Turbulence era un club de striptease dos pueblos más abajo, al lado de un aeropuerto de una sola línea.
—Un par de tipos dijeron que vieron a una chica entrando ahí que se veía justo como tú —dijo Mike—. No tienes que guardarme el secreto a mí. Estoy bien.
Aria empujo discretamente su sostén tejido de mohair. Ella hizo uno para sí misma, Ali, y sus viejas amigas en sexto grado, y había usado el suyo en el memorial de Ali como un tributo. Desafortunadamente, en sexto grado, las medidas de Aria eran al menos una copa más pequeña, y el mohair picaba como el infierno.
—¿Te refieres a que no crees que estoy actuando raro porque: a) volvimos a Rosewood y lo odio, y b) mi antigua mejor amiga está muerta?
Mike se encogió de hombros. 
—Pensé que realmente no te agradaba esa chica.
Aria se dio la vuelta. Existieron momentos donde a ella realmente no le agradaba Ali, eso era verdad. Especialmente cuando Ali no la tomaba muy en serio, o cuando acosaba a Aria por detalles acerca de Byron y Meredith.
—Eso no es cierto —mintió.
Mike vertió más cerveza en su vaso. 
—¿No es horrible que ella estaba, como, abandonada en el suelo? Y, como que, ¿el concreto estaba vertido encima de ella?
Aria hizo una mueca de dolor y cerró los ojos. Su hermano no tenía nada de tacto.
—¿Entonces crees que alguien la mato? —pregunto Mike.
Aria se encogió de hombros. Era una pregunta que la había estado acosando—una pregunta que nadie más había preguntado. En el memorial de Ali, nadie llegó y dijo que Ali había sido asesinada, solo que había sido encontrada. ¿Pero que mas pudo haber sido además de asesinato? Un minuto, Ali estaba en la pijamada. Al siguiente, desapareció. Tres años después, su cuerpo apareció en un agujero en su patio trasero.
Aria se pregunto si “A” y el asesino de Ali estaban conectados—y si la aventura estaba enredada con “La Cosa de Jenna”. Cuando el accidente de Jenna paso, Aria pensó que vio a alguien además de a Ali en la base de la casa del árbol de Toby. Más tarde esa noche, Aria estaba sorpresivamente despierta por la visión y decidió que necesitaba preguntarle a Ali respecto a ello.
Ella la encontró a ella y a Spencer susurrando detrás de la puerta cerrada del baño, pero cuando Aria pregunto si podía entrar, Ali le dijo que regresara a dormir. Por la mañana, Toby había confesado.
—Apuesto a que el asesino es como, alguien fuera del campo izquierdo —dijo Mike—. Como… alguien que nunca adivinaras ni en un trillón de años —sus ojos se iluminaron—. ¿Qué tal la Sra. Craycroft?
La Sra. Craycroft era su antigua vecina de la derecha. Una vez ella ahorro $5,000 en monedas en tazas Poland Spring y posteriormente intentó cambiarlas por efectivo en una maquina de cambio de dinero cercana. Las noticias locales hicieron una historia sobre ella y todo. 
—Sip, resolviste el caso —Aria dijo inexpresivamente.
—Bueno, alguien así —Mike tamborileo sus dedos nudosos en la mesa—. Ahora que se lo que ocurre contigo, puedo concentrar mi atención en Ali D.
—Ve por ello —si los policías no fueron lo suficientemente eficientes para encontrar a Ali en su propio patio trasero, Mike podría intentar poner su mano en ello—. Estoy pensando que necesitamos jugar algo de cerveza-pong —dijo Mike, y antes de que Aria pudiera responder, el ya había recolectado algunas pelotas de Ping-Pong y un vaso de cerveza vacio—. Este es el juego favorito de Noel Kahn.
Aria sonrió. Noel Kahn era uno de los chicos más ricos de la escuela y el chico Rosewood por excelencia, lo que básicamente lo hacia el ídolo de Mike. Y, ironía de todas las ironías, el parecía sentir algo por Aria, por lo cual ella estaba poniendo su mayor esfuerzo en destruir.
—Deséame suerte —dijo Mike, sosteniendo de una vez la pelota de Ping-Pong. 
El falló el tiro, enviando la pelota a rodar de la mesa al piso.
—Tómatela hasta el fondo —Aria canturreo, y su hermano envolvió sus manos alrededor de su cerveza y vertió toda la cosa hacia abajo por su garganta.
Mike intento por segunda vez meter la pelota de Ping-Pong en el vaso de Aria pero fallo de nuevo—. ¡Apestas! —Aria se burlo, la cerveza empezando a hacer que se sintiera un poco mareada.
—Como si tú fueras mejor —Mike replicó.
—¿Quieres apostar?
Mike resopló. 
—Si no lo logras, tienes que meterme en Turbulence. Yo y Noel. Pero no mientras estas trabajando —él añadió rápidamente.
—Si lo logro, tienes que ser mi esclavo por una semana. Eso también significa durante la escuela.
—Hecho —dijo Mike—. No vas a lograrlo, así que no importa.
Ella movió el vaso hacia el lado de la mesa de Mike y apunto. La pelota se desvió de una de las muchas abolladuras de la mesa y aterrizo limpiamente en el vaso, ni siquiera chocando con los lados en su camino para entrar. —¡Ah! — Aria grito—. ¡Vas a caer!
Mike se veía asombrado. 
—Fue un tiro de suerte.
—¡Lo que sea! —Aria rió alegremente—. Así que, me estaba preguntando… ¿Debería hacerte arrastrarte detrás de mí en la escuela? ¿O usar el faldur de mamá? —ella soltó una risita. El faldur de Ella era un tradicional sombrero puntiagudo Islandés que hacía que el que lo usara pareciera un elfo trastornado.
—Jodete —Mike saco la pelota de Ping-Pong de su vaso. Se deslizo de sus manos y reboto lejos de ellos.
—Yo la busco —Aria ofreció. Se paro, sintiéndose placenteramente mareada. La pelota había rodado todo el camino hasta el frente del bar, y Aria se agacho en el piso para conseguirla. Una pareja paso junto a ella, deslizándose en los discretos y parcialmente bloqueados asientos de la esquina. Aria noto que la chica tenía largo cabello oscuro y un tatuaje de telaraña rosado en su muñeca.
El tatuaje era familiar. Muy familiar. Y cuando ella le susurro algo al tipo con el que estaba, el empezó a toser maniáticamente. Aria se enderezo.
Era su padre. Y Meredith. Aria se dirigió de nuevo hacia Mike. 
—Nos tenemos que ir.
Mike rodo sus ojos. 
—Pero acabo de pedir un segundo shot de Jaeger.
—Lastima —Aria agarro su chaqueta—. Nos vamos. Ahora —ella tiro cuarenta dólares en la mesa y empujo del brazo de Mike hasta que se paro. El estaba un poco tambaleante, pero ella se manejo para empujarlo a través de la puerta.
Desafortunadamente, Byron eligió ese justo momento para dejar salir una de sus muy distintivas risas, la cual Aria siempre decía que sonaba como una ballena moribunda. Mike se congelo, reconociéndolo también. El rostro de su padre se volteo hacia un lado, y estaba tocando la mano de Meredith a través de la mesa.
Aria observo a Mike reconociendo a Byron. El frunció su frente. 
—Espera —él chirrió, mirando confusamente a Aria. Ella quería que su rostro se viera despreocupado, pero en vez de eso, sintió las esquinas de su boca curvarse hacia abajo.
Ella sabía que estaba haciendo la misma cara que Ella hacia cuando ella intentaba proteger a Aria o a Mike de cosas que podrían lastimarlos. Mike redujo sus ojos hacia ella, luego miro de nuevo a su padre y a Meredith. El abrió su boca para decir algo, luego la cerro, tomando un paso hacia ellos. Aria lo alcanzo para detenerlo—ella no quería que esto pasara ahora. Ella no quería que esto pasara nunca. Luego Mike volvió de acero su mandíbula, le dio la espalda a su papá, y salió fuera de Victoria, chocando contra su mesera mientras salía.
Aria se empujo por la puerta detrás de él. Ella entrecerró los ojos por la brillante luz de la tarde del estacionamiento, mirando hacia atrás y adelante mientras buscaba a Mike. Pero su hermano se había ido.

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