domingo, 18 de septiembre de 2011

Club de Lectura (1X04)

Estamos otra vez para darte la cuota diaria de PLL, esta ve les traemos el capítulo 4.
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Capítulo 4: Spencer camina por las Tablas

-Cariño, no debes comer mejillones con las manos. No está bien.

Spencer Hastings miró a través de la mesa a su madre, Verónica, que nerviosamente deslizaba sus manos a través de su perfectamente destacado cabello rubio cenizo. 

—Lo siento —dijo Spencer, tomando el ridículamente pequeño tenedor para comer mejillones.

—Realmente no creo que Melissa deba estar viviendo en la casa de la ciudad con todo ese polvo. —La Sra. Hastings dijo a su esposo, ignorando la disculpa de Spencer.
Peter Hastings rodó su cuello. Cuando él no estaba ejerciendo la abogacía, estaba montando bicicleta furiosamente en todos los caminos de Rosewood con apretadas y coloridas camisetas y pantalones, agitando el puño al pasar a los autos. Todo ese ciclismo le daba un dolor crónico en sus hombros.

—¡Todo ese martilleo! No sé cómo ella consiguió terminar sus estudios — continuó la Sra. Hastings.

Spencer y sus padres estaban sentados en el Moshulu, un restaurante a bordo de un barco en el puerto de Filadelfia, esperando para que la hermana de Spencer, Melissa, los encontrara para cenar. Era una gran cena de celebración porque Melissa se había graduado de la licenciatura en U Penn un año antes y había entrado en la Escuela de Negocios Penn Wharton. La casa del centro de la ciudad de Filadelfia estaba siendo reformada como un regalo de sus padres para Melissa.

En sólo dos días, Spencer estaría empezando su tercer año en Rosewood y tendría que entregarse al calendario del año lleno: cinco AP’s*, capacitación en liderazgo, campaña de organización de caridad, la edición del anuario, audiciones de drama, practicas de hockey, y enviar solicitudes lo antes posible para el programa de verano, ya que todos sabían que la mejor manera de lograr entrar en Iv* era entrar en uno de sus campamentos de verano pre-College. Pero había una cosa que Spencer había esperado este año: mudarse al granero remodelado que estaba en la parte trasera de la propiedad de su familia. Conforme con sus padres, este era el camino perfecto para prepararla para el College —¡Solo mira cómo había funcionado con Melissa! Decían. Pero Spencer estaba feliz de seguir los pasos de su hermana en este caso, ya que ellos la condujeron a la tranquila y luminosa casa de huéspedes donde Spencer escaparía de sus padres y sus constantes ladridos de labradoodles.*
Las hermanas tenían una tranquila y larga rivalidad en la que Spencer había perdido siempre: Spencer había ganado el Premio Presidencial al Estado Físico cuatro veces en la primaria; Melissa lo había ganado cinco. Spencer obtuvo el segundo lugar en el concurso de geografía del séptimo grado, Melissa obtuvo el
primero. Spencer estaba en el comité del anuario, en todas las obras de la escuela, y estaba tomando cinco clases AP este año; Melissa había hecho todas estas cosas en su tercer año además de trabajar en la granja de caballos de su madre y entrenaba para la maratón de Filadelfia por la investigación de la leucemia. No importaba cuan altos eran los GPA* de Spencer o cuantas actividades extra-curriculares ella pusiera en su horario, nunca estaría cerca del nivel de perfección de Melissa.
Spencer tomó otro mejillón con sus dedos y lo metió en su boca. Su papá amaba ese restaurante, con esos oscuros revestimientos de manera, gruesos tapetes orientales, y el embriagador olor de mantequilla, vino tinto, y aire salado. Sentados entre mástiles y velas, se sentía como si pudieras saltar sobre la borda hacía el puerto. Spencer miró hacia la Rivera Schuylkill al gran burbujeante acuario en Camden, Nueva Jersey. Un barco enorme de fiesta decorado con luces navideñas flotaba junto a ello. Alguien disparó juegos artificiales amarillos frente a la cubierta. Ese bote estaba teniendo más diversión del que el de ello estaba teniendo.

—¿Cuál es el nombre del amigo de Melissa? —su madre murmuró.

—Creo que es Wren —Spencer dijo. En su cabeza, ella añadió, al igual que las aves
flacas.

—Ella me dijo que él estaba estudiando para ser doctor. —Su madre dijo.— En U
Penn

—Claro que sí —Spencer dijo con voz cantarina. Masticó un pedazo de concha de mejillón e hizo una mueca de dolor. Melissa estaba trayendo a su novio de dos meses a cenar. La familia todavía no lo conocía -él había estado visitando a su familia o algo así- pero los novios de Melissa eran todos iguales: guapos como de libros de texto, de buenos modales, jugadores de golf. Melissa no tenía una pizca de creatividad en su cuerpo y claramente buscaba la misma predecibilidad en sus novios.

—¡Mamá! —una familiar voz llamó detrás de Spencer.

Melissa se abalanzó al otro lado de la mesa y dio a sus padres un gran beso. No había cambiado desde la secundaria: su cabello rubio-cenizo estaba cortado en puntas hasta su barbilla, no llevaba maquillaje excepto por un poco de base, y vestía un desaliñado vestido amarillo de cuello cuadrado, una chaqueta de color
rosa con perlas de botones, y los zapatos de tacón kitten casi lindos.

—¡Cariño! —su madre gritó.

—Mamá, papá, aquí está Wren —Melissa puso la mano en alguien a su lado.

Spencer trató de mantener su boca cerrada. No había nada de flaco, como pájaro, o libro de texto en Wren. Él era alto y larguirucho y vestía una bellamente cortada camisa Thomas Pink. Su cabello negro estaba cortado en un estilo largo, enmarañado y desaliñado. Tenía piel hermosa, altos pómulos, y ojos almendrados.
Wren sacudió las manos de sus padres y se sentó en la mesa. Melissa le preguntó a su mamá algo sobre a dónde enviar la cuenta del fontanero, mientras Spencer esperaba ser presentada. Wren pretendió estar realmente interesado en el descomunal vaso de vino.

—Soy Spencer —ella dijo finalmente. Se preguntó si su respiración olía a mejillones. —La otra hija —Spencer asintió hacia el otro lado de la mesa —La que ellos mantienen en el sótano.

—Oh —Wren sonrió. —Genial.

¿Era ese un acento británico el que escuchó? —¿No es extraño que ellos no te han preguntado una sola cosa sobre ti? —Spencer señaló a sus padres. Ahora ellos estaban hablando sobre contratistas y la mejor manera para usar en el suelo de la sala.
Wren se encogió de hombros, y entonces susurró, —Un poco —él guiñó.
De repente, Melissa agarró la mano de Wren. —Oh, mira ya la has conocido — dijo ella

—Sí —sonrió él— No me dijiste que tenías una hermana.

Claro que ella no lo había hecho.

—Así que, Melissa —la Sra. Hastings dijo— Papi y yo estamos hablando sobre dónde deberías quedarte mientras las renovaciones pasan. Y he pensado en algo. ¿Por qué no vienes a Rosewood a vivir con nosotros por un par de meses? Puedes viajar diariamente a Penn; sabes cuán fácil es. Melissa arrugó su nariz. Por favor di no, por favor di no, Spencer pensó.

—Bueno —Melissa ajustó la correa de su vestido amarillo. Cuanto más Spencer se quedaba mirándolo, más el color hacía lucir a Melissa como si ella tuviera la gripe.

Melissa miró a Wren —La cosa es… Wren y yo vamos a mudarnos a la casa en la ciudad… juntos.

—¡Oh! —su madre sonrió a los dos. —Bueno… Supongo que Wren podría quedarse con nosotros también… ¿Qué piensas, Peter?

Spencer tenía agarrados sus pechos para guardar su corazón de la explosión en su pecho. ¿Iban a mudarse juntos? Su hermana realmente tenía algo de agallas. Sólo podía imaginarse qué sucedería si ella soltara una bomba como esa. Mamá realmente haría a Spencer vivir en el sótano, o quizás en el establo. Ella podría establecer una tienda junto a la compañera cabra de los caballos.

—Bueno, supongo que eso está bien —dijo su padre. ¡Increíble!— Ciertamente será
tranquilo. Mamá se pasa la mayor parte del día en el establo, y Spencer por
supuesto estará en la escuela.

—¿Estás en la escuela? —preguntó Wren— ¿Dónde?

—Ella está en secundaria —Melissa interrumpió. Ella miró fijamente a Spencer, como si estuviera comparándola. Desde el apretado vestido de tenis Lacoste de Spencer, el cabello ondulado rubio oscuro, hasta sus pendientes de diamante de dos quilates. —La misma secundaria a la que yo fui. Nunca pregunté, Spence ¿eres la presidenta de la clase este año?

—VP* —balbuceó Spencer. No había manera de que Melissa no lo supiera ya.

—¿OH, no eres tan feliz de que resultara de esa forma? —Melissa preguntó.

—No —Spencer dijo categóricamente. Ella había corrido por el primer lugar la primavera pasada, pero había sido sacada y había obtenido la vacante de VP. Ella odiaba perder en cualquier cosa.

Melissa sacudió su cabeza. —No entiendes Spence, es demasiado trabajo. Cuando
fui presidenta, ¡difícilmente tenía tiempo para algo más!

—Tienes muy pocas actividades, Spencer —murmuró la Sra. Hastings. —Está el anuario, y todos esos juegos de hockey…

—Además, Spencer, asumirás si el presidente, ya sabes… muere— Melissa guiñó hacia ella como si estuvieran compartiendo un chiste, lo que no estaban haciendo.

Melissa se giró hacia sus padres. —Mamá, creo que tengo una mejor idea. ¿Por qué
Wren y yo no nos quedamos en el granero? Entonces estaremos fuera de tu camino.

Spencer sintió como si alguien la hubiera golpeado en los ovarios. ¿El granero? La Sra. Hastings llevó un dedo con manicura francesa a su perfectamente pintada boca. 

—Hmm —declaró. Se giró tentativamente hacia Spencer. —¿Serías capaz de esperar unos pocos meses, cariño? Entonces el granero será todo tuyo.

—¡Oh! —Melissa soltó su tenedor. —¡No sabía que ibas a mudarte allí, Spence! No quiero causar problemas...
—Está bien —interrumpió Spencer, agarrando su vaso de agua fría y tomando un gran trago. Se ordenó a sí misma no hacer un berrinche en frente de sus padres y la perfecta Melissa. —Puedo esperar.

—¿De verdad? —Melissa preguntó. —¡Eso es tan dulce de tu parte!

Su madre presionó su fría y delgada mano contra la de Spencer y sonrió con alegría. —Sabía que entenderías.

—¿Pueden perdonarme? —Spencer vertiginosamente empujó su asiento hacia tras de la mesa y se levantó. —Estaré de regreso —Caminó sobre el piso de madera del bote, bajó por las escaleras alfombradas, y salió por la entrada principal. Ella necesitaba llegar a tierra firme.
Fuera en el pasillo del Penn, el horizonte de Filadelfia brillaba. Spencer se sentó en un banco y respiró como en el yoga. Entonces sacó su cartera y empezó a ordenar el dinero. Los giró todos desde unos, cincos y veintes en la misma dirección y alfabetizándolos de acuerdo a la combinación de letra y numero impresos en verde en las esquinas. Hacer esto siempre la hacía sentirse mejor. Cuando terminó, miró hacia la cubierta del comedor. Sus padres estaban de cara al río, así que ellos no podían verla. Excavó a través de su bolso bronce de Hogan por su paquete de emergencia de Marlboro y encendió uno.
Tomó una calada y después otra. Robar el granero era demasiado malvado, pero hacerlo de una forma tan educada era el estilo de Melissa -ella siempre había sido buena por fuera pero horrible por dentro. Y nadie podía verlo a excepción de Spencer.
Ella se había vengado de Melissa sólo una vez, unas cuantas semanas antes de que terminara el séptimo grado. Una noche, Melissa y su novio de entonces, Ian Thomas, estaban estudiando para los finales. Cuando Ian se iba, Spencer lo acorraló fuera cerca a su SUV, que él había parqueado detrás de la hilera de pinos de su casa. Ella simplemente había querido coquetear -Ian estaba desperdiciando su belleza en su escueta y santurrona hermana- así que ella dio a Ian un beso de despedida en la mejilla. Pero cuando él la apretó contra la puerta del pasajero, ella no trató de huir. Ellos sólo pararon de besarse cuando la alarma de su auto empezó a sonar.
Cuando Spencer le dijo a Alison sobre esto, Ali dijo que era algo muy horrible y que debía confesárselo a Melissa. Spencer sospechó que Ali estaba enojada porque ellas habían tenido una competencia todo el año sobre quién podría liarse con los chicos más maduros, y besar a Ian ponía a Spencer como líder.
Spencer inhaló bruscamente. Ella odiaba estar recordando ese periodo de su vida. Pero la vieja casa de los DiLaurentis estaba justo al lado de la suya, y la ventana de la habitación de Ali daba a la de Spencer -era como Ali frecuentaba su 24/7. Todo lo que Spencer tenía que hacer era mirar fuera de su ventana y allí estaba Ali, colgando su uniforme de hockey justo donde Spencer podía verlo o paseándose por su habitación chismeando en su móvil.
Spencer quería pensar que ella había cambiado mucho desde el séptimo grado. Todas habían sido tan malas -especialmente Alison- pero no sólo Alison. Y el peor recuerdo de todo era el asunto… El asunto de Jenna. Pensar en lo que hizo Spencer se sentía tan horrible, que ella deseó poder borrarlo de su cerebro como lo hacían en la película El Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos.

—No deberías estar fumando, ya sabes.

Ella se giró, y allí estaba Wren parado justo a su lado. Spencer lo miró,
sorprendida. —¿Qué estás haciendo aquí abajo?

—Ellos estaban… —él abrió y cerró sus manos una contra la otra, como bocas hablando.

—Y yo tengo algo aquí. —Sacó una BlackBerry.

—Oh —Spencer dijo. —¿Es eso del hospital? Escuché que eres un doctor influyente.

—Bueno, no, realmente, sólo soy estudiante de primer año de medicina —dijo Wren, y entonces apuntó a su cigarrillo. —¿Te importa si tengo un poco de eso?

Spencer torció las esquinas de su boca hacia arriba con ironía. —Me dijiste que nofumara —dijo, entregándoselo a él.

—Sí, bueno —Wren tomó una profunda calada del cigarrillo. —¿Estás bien?

—Lo que sea —Spencer no quería hablar de cosas con el nuevo novio de su hermana que había robado su granero para vivir en él. —¿De dónde eres?

—Norte de Londres. Aunque, mi papá es coreano. Él se mudó a Inglaterra para ir a Oxford y terminó quedándose. Todos preguntan.

—OH, yo no iba a hacerlo —Spencer replicó, a pesar de que había pensado en ello.

—¿Cómo se conocieron tú y mi hermana?

—En un Starbucks —contestó. —Ella estaba en la fila delante de mí.

—OH —dijo Spencer. Increíblemente flojo.

—Ella estaba comprando un latte —agregó Wren golpeando el bordillo de piedra.

—Eso es lindo —Spencer manipuló su paquete de cigarrillos.

—Eso fue hace pocos meses —él tomó otra entrecortada calada, sus manos temblando un poco y sus ojos girando alrededor. —Yo la imaginaba antes de llegar a la casa de la ciudad.

—Correcto —dijo Spencer, dándose cuenta que él parecía un poco nervioso.

Quizás estaba tenso por la reunión con sus padres. ¿O era irse a vivir con Melissa lo que lo tenía sobre el borde? Si Spencer fuera un chico que tuviera que mudarse con Melissa, ella se arrojaría a al nido de cuervos de Moshulu o dentro del río Schuylkill.
Él le devolvió el cigarrillo. —Espero que esté bien que vaya a quedarme en tu casa.

—Um, sí. Lo que sea.

Wren lamió sus labios. —Quizás pueda conseguir que olvides tu adicción a fumar.

Spencer se puso rígida —No soy adicta.

—Seguro no lo eres —contestó Wren sonriendo.

Spencer sacudió la cabeza enfáticamente. —No, nunca permitiría que eso sucediera. —Y eso era verdad: Spencer odiaba sentirse fuera de control

Wren sonrió. —Bien, ciertamente suena como que sabes lo que estás haciendo.

—Lo sé.

—¿Eres de esa manera con todo? — preguntó Wren, sus ojos brillando.

Allí había algo en la luz, burla en la forma en que él dijo eso que hizo que Spencerse detuviera. ¿Ellos estaban… coqueteando? Se miraron mutuamente por unoscuantos segundos hasta que un gran grupo de gente silbando que esperaban el bote sobre la calle. Spencer bajó sus ojos.

—¿Así que, piensas que es hora de volver? —preguntó Wren.

Spencer vaciló y miró a la calle, llena de taxis, listos para llevarla a donde ella quisiera. Casi quería preguntar a Wren si tomaría uno de los taxis con ella para ir al juego de béisbol en el Citizens Bank Park, dónde ellos podían comer perros calientes, gritar a los jugadores, y contar cuantos strikeout el lanzador de los Phillies acumularía. Ella podía usar los asientos de su papá -que más que nada eran malgastados, de todos modos- y ella apostaba a que Wren lo aceptaría. ¿Por qué volver dentro, cuando su familia sólo continuaría ignorándolos? Un taxi paró en la luz, a unos cuantos pies de ellos. Ella lo miró. Entonces miró a Wren. Pero no, eso estaría mal. ¿Y quién ocuparía el puesto de vice-presidente en caso de que él muriera y ella fuera asesinada por su propia hermana? .

—Después de ti — dijo Spencer, y mantuvo la puerta abierta para él así ellos podrían subir de vuelta a
bordo.

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Nota de la traductora
*Advanced Placement: programa de exigencia en la secundaria dada por expertos comoprofundización de diferentes materias
*Se refiere a una de las universidades de la Ivy League o liga de la Hiedra, grupo de las mejores universidades de USA.
*Una raza de perro.
*Grade Point Average: punto promedio de notas.
*Vice-presidenta.

3 comentarios:

  1. awww que lindo el 1er encuentro de Spence con Wren ! aunque aqui en el libro no me gusta mucho lo que hace Wren amaria que en la serie lo pusieran mas aunque si cambio un poco pero ya que lo dejen permanente como Aria y Ezra

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  2. No entiendo mucho el sistema del club de lectura. Ya me leí todos incluso Ruthless y quería hablar con otras chicas que hubiesen leído los libros para comentarlos. Quizás así no me sentiría tan mal por Ruthless...

    delfblood@hotmail.com

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  3. @DelfBlood Simplemente vamos publicando los capítulos, para los que quieran ir leyendolos. Publicamos 2 o 3 por día, para los que no tienen o no pueden leer los libros...
    Es como una lectura en conjunto para aquellos que quieran hacerlo.
    Respecto a charlar con chicas que hayan leído los libros, las que quieran se comunicarán con vos, yo leí el primero nada más :P
    En nuestro foro tenemos una sección de debate de los libros (http://prettylittleliars-arg.forumfree.it/?f=9795415). Si querés metete ahí, dejá mensajes en donde quieras, y si no está el tema que querés tratar, lo creás (siempre en la sección que corresponda, y sin irse del tema... si querés irte por las ramas hablando de cualquier tema, tenés la sección "hablá de lo que quieras", sólo buscá el lugar indicado para dejar tu mensaje :P)

    Besos.

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