Te dejamos el capítulo 32 del libro Flawless.
Si te perdiste el capítulo anterior, lo podés leer aquí.
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Capítulo 32: Emily va a batear.
Emily sollozó de alivio cuando descubrió que la puerta lateral de su casa estaba abierta. Ella echó su empapado cuerpo dentro del cuarto de lavado, casi echándose a llorar en la aislada y tranquila domesticidad de todo: ¡Su madre BENDIGA ESTE DESORDEN! En el punto cruz por encima de la lavadora y el secador; la fila limpia de detergente, el blanqueador y el suavizador de tela en el estante pequeño; las botas de jardinería de caucho verde de su padre por la puerta.
El teléfono sonó; sonaba como un grito. Emily agarró una toalla de la pila de ropa sucia, la envolvió alrededor de sus hombros, y tentativamente recogió la extensión inalámbrica. ―¿Hola?―incluso el sonido de su voz parecía espeluznante.
―¿Emily?―llegó una arenosa voz familiar en el otro extremo.
Emily frunció el ceño.
―¿Spencer?
―Oh Dios Mío ―Spencer dijo suspirando―. Te hemos estado buscando. ¿Está todo bien?
―Yo… yo no lo sé ―Emily dijo temblorosamente.
Ella había atravesado corriendo locamente el campo de maíz. La lluvia había creado ríos de barro entre las filas. Uno de sus zapatos se había caído, pero ella había continuado, y ahora la base de su vestido y sus piernas estaban muy sucias. El campo topaba hasta el bosque detrás de su casa, y ella había ido a toda velocidad a través de estos, también. Ella se había resbalado dos veces sobre la hierba mojada, raspando su codo y cadera, y una vez, un relámpago golpeo un árbol justo a veinte pies de ella, rompiendo violentamente ramas al suelo. Ella sabía que era peligroso estar allí afuera en una tormenta, pero ella no podía detenerse, el temeroso Toby estaba justo detrás de ella.
―Emily. Quédate dónde estás ―Spencer instruyó―. Y permanece lejos de Toby. Te lo explicaré todo más tarde, pero por ahora, solo coloca el cerrojo a tu puerta y…
―Creo que Toby es “A” ―Emily interrumpió, su voz era un abrasivo y tembloroso susurro―. Y creo que él mató a Ali.
Hubo una pausa.
―Lo sé. También lo creo.
―¿Qué? ―Emily gritó. Un crujido de trueno irradió a través del cielo, haciendo que Emily se encogiera de miedo. Spencer no contestó. La línea estaba muerta.
Emily colocó el teléfono en la parte superior del secador. ¿Spencer lo sabía? Esto hizo que la revelación de Emily incluso fuera más real y mucho, mucho más espeluznante.
Luego, ella oyó una voz.
―¡Emily! ¿Emily?
Ella se congeló. Sonaba como si viniera de la cocina. Ella corrió a toda prisa hacia allá y vio a Toby asomándose, sus manos presionaron contra su puerta de cristales corrediza. La lluvia lo había mojado de su traje y enredado su pelo, y él estaba temblando. Su cara estaba en las sombras.
—Emily —lloró―. ¡Emily! ―Toby dijo otra vez. Él probó la manilla de la puerta, pero Emily rápidamente le coloco el pestillo.
―Vete ―ella siseo. Él podría…él podría incendiar su casa. Irrumpirla. Asfixiar a Emily mientras ella dormía. Si él pudo matar a Ali, él era capaz de cualquier cosa.
―Me estoy empapando ―él la llamó―. Déjame entrar.
―Yo… Yo no puedo hablar contigo. Por favor, Toby. Por favor. Simplemente déjame sola.
―¿Por qué huiste de mí?―Toby parecía confundido. Él tenía que gritar, también, porque llovía tan fuerte―. No estoy seguro de lo que pasó en el coche.
Yo solo estaba… yo solo estaba algo fastidiado de ver a todas esas personas.
Pero todo eso fue hace años. Lo siento.
La dulzura en su voz incluso lo hizo peor. Él probó la manilla otra vez, y Emily gritó.
―¡No! ―Toby se detuvo, y Emily miró alrededor frenéticamente por algo que pudiera ser un arma. Un pesado plato de cerámica de cocina. Un desafilado cuchillo de cocina. Tal vez ella podría hurgar dentro de los gabinetes y encontrar la parrilla―. Por favor ―Emily estaba temblando tan mal, sus piernas estaban inestables―. Simplemente vete.
―Al menos déjame devolverte tu bolso. Está en mi coche.
―Solo mételo en mi buzón.
―Emily, no seas ridícula ―Toby empezó a aporrear furiosamente la puerta―¡Solo acércate y déjame entrar!
Emily tomó el pesado plato de cocina de la mesa. Ella lo mantuvo delante de ella con ambas manos, como un escudo.
―¡Vete!
Toby colocó su cabello mojado fuera de su cara.
―Las cosas que te dije en el coche… fueron del todo mal. Lo siento si dije algo que…
―Es muy tarde ―Emily interrumpió. Ella apretó sus ojos, cerrándolos. Todo lo que ella quería era abrir sus ojos de nuevo y que todo esto fuera un sueño―. Sé lo que le hiciste a ella.
Toby se tensó.
―Espera. ¿Qué?
―Ya me oíste ―Emily dijo―. Sé. Lo. Qué. Le. Hiciste. A ella.
La boca de Toby cayó abierta. La lluvia cayó más fuerte, haciendo que sus ojos parecieran como hoyos vacíos.
―¿Cómo pudiste saber de eso? ―su voz se tambaleó―. Nadie… nadie lo sabía. Fue… fue hace mucho tiempo, Emily.
La boca de Emily cayó abierta. ¿Qué? ¿Él pensaba que era tan astuto que podría salirse con la suya?
―Bueno, creo que tu secreto ha salido.
Toby comenzó a caminar de aquí para allá a través de la cubierta de ella, corriendo sus dedos a través de su pelo.
―Pero, Emily, no lo entiendes. Era tan joven. Y… y estaba confundido. Deseo no haberlo hecho.
Emily sintió un enorme tirón de pena. Ella no quería que Toby fuera el asesino de Ali. La forma dulce en que él la había ayudado a salir de su coche, cómo la había defendido ante Ben, cuán perdido y vulnerable había parecido cuando Emily lo miró, estando parado solo en la pista de baile Foxy. Tal vez él realmente lamentaba lo que había hecho. Tal vez él simplemente había estado confundido.
Pero entonces Emily pensó en la noche en la que Ali se había perdido. Había sido tan hermoso, el principio perfecto para lo que iba a ser un verano perfecto. Planeaban ir al Jersey Shore el siguiente fin de semana, tenían boletos para el concierto de No Doubt en julio, y Ali iba a dar una enorme fiesta de cumpleaños decimotercera en agosto. Todo se había ido en el instante en que Ali salió del granero de la familia de Spencer. Toby podría haberla alcanzado desde atrás. Tal vez él la golpeó con algo. Tal vez él le dijo cosas a ella. Cuando él la arrojó dentro del hueco, él la habría… cubierto completamente con tierra así nadie la encontraría. ¿Fue eso lo que pasó? Y después de que Toby la lastimara, ¿él simplemente se había subido a su bicicleta y manejo a su casa? ¿Él había regresado a Maine por el resto del verano? ¿Él había vigilado a todo el mundo investigando en las noticias con un tazón de palomitas de maíz de microondas en su regazo, como si fuera una película de HBO?
Me alegro de que la perra esté muerta. Emily nunca había escuchado algo tan horrible en su vida.
―Por favor ―Toby lloró―. No puedo pasar por todo esto otra vez. Y tampoco puedo…
Él ni siquiera podía terminar su frase. Luego, repentinamente, él se cubrió su cara con sus manos y huyó, de vuelta al bosque de su patio trasero.
Todo estaba quieto. Emily miró alrededor. La cocina estaba intacta sus padres habían marchado este fin de semana a Pittsburgh para visitar a la abuela de Emily, y su madre siempre limpiaba maniáticamente antes irse. Carolyn todavía estaba afuera con Topher.
Ella estaba completamente sola.
Emily corrió de prisa hacia la puerta principal. Estaba asegurada, pero ella deslizó la cadena al otro lado por protección extra. Ella giró el pestillo para asegurarse que estaba asegurado. Entonces ella recordó la puerta de la cochera: La parte mecánica de esta se había quebrado, y su papá, por pereza, no la había arreglado. Alguien lo suficientemente fuerte podría levantar la puerta de la cochera por sí mismo.
Y luego ella se percató. Toby tenía su bolso. Lo que significaba que… él tenía sus llaves.
Ella tomó el teléfono de la cocina y marcó al 911. Pero el teléfono ni siquiera sonaba. Ella colgó el teléfono y escuchó por un tono de señal, pero no había ninguno. Emily sintió que sus rodillas se debilitaban. La tormenta debía haber derribado las líneas telefónicas. Ella permaneció congelada en el vestíbulo por unos cuantos segundos, con su mandíbula temblando. ¿Había Toby arrastrado a Ali por su cabello? ¿Ella todavía habría seguido viva cuando él la lanzó en ese hueco?
Ella entró corriendo al garaje y miró alrededor. En la esquina estaba su viejo bate de béisbol. Se sentía fuerte y pesado en sus manos. Satisfecha, se deslizó hacia el porche delantero, echó el pestillo a la puerta detrás de ella con la llave de repuesto de la cocina, y se instaló delicadamente en la mecedora del porche en las sombras, con el bate en su regazo. Estaba muy frío afuera, y ella podía ver a una araña gigante construyendo una red en la otra esquina del porche. Las arañas siempre la aterrorizaban, pero ella tenía que ser valiente. Ella no dejaría a Toby lastimarla, también.
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