Te dejamos un nuevo capítulo del libro Flawless, el capítulo 29.
Si te perdiste el capítulo anterior, lo podés leer aquí.
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Capítulo 29: Déjalo todo Fuera.
Spencer silenciosamente condujo a Hannah fuera del cuarto de baño y pasaron por un grupo de chicos. Entonces vio a Aria de pie en la barra, sola.
—Tú vienes también.
Hanna dejo caer la mano de Spencer.
—No iré a ningún lugar en donde ella vaya.
—¡Hanna, le contaste a todos que te arrojaste sobre Sean! —Aria protestó — ¿En inglés?
Hanna cruzo los brazos sobre el pecho.
—No significaba que yo quería que vinieras aquí con él. Eso no significaba que quería que lo robaras.
—¡Yo no te robe nada! —grito Aria, levantando un puño. Spencer de repente se preocupo de que Aria intentara golpear Hannah y colocó su cuerpo entre ellas.
—Esto es todo —dijo—. Dejenlo ya. Tenemos que encontrar a Emily —antes de que pudieran protestar, las arrastró más allá de las esculturas de hielo, del karaoke y de las mesas de subasta de joyas.
Spencer acababa de ver a Emily no hace más de veinte minutos, pero ahora Emily se había ido. Paso cerca de Andrew, sentado en una larga mesa con velas, junto a sus amigos. Se dio cuenta de la presencia de Spencer, y rápidamente se volvió hacia sus amigos y lanzó una falsa carcajada, obviamente para su beneficio. Spencer sintió una punzada de remordimiento. Pero no podía tratar con él ahora.
Apretó las manos de las chicas entre las suyas, pasaron junto a unas mesas en la terraza. Los chicos se reunieron alrededor de la fuente, mojando sus pies, pero Emily no. En la gigantesca estatua de Pan, Hanna comenzó a gemir.
—Me tengo que ir.
—No te puedes ir todavía —Spencer empujó a Hannah y Aria de vuelta al comedor—. Esto es importante para todas. Tenemos que encontrar a Emily.
—¿Por qué es tan importante? —se lamentó Hanna—. ¿A quién diablos le importa?
—Porque… —Spencer se detuvo—. Ella está aquí con Toby.
—¿Y? —preguntó Aria.
Spencer respiro profundamente.
—Creo que… creo que tal vez Toby intentará hacerle daño. Creo que quiere hacernos daño a todas nosotras.
Las chicas parecieron sorprenderse.
—¿Por qué? —preguntó Aria, con las manos en las caderas.
Spencer miró al suelo. El estomago se le estaba revolviendo.
—Creo que es Toby.
—¿Qué te hace pensar eso? —dijo Aria enojada.
—A me envió una nota —admitió Spencer—. Decía que todas estamos en peligro.
—¿Tienes una nota? —chilló Hanna—. ¡Pensé que nos lo contaríamos todo!
—Lo sé —Spencer se quedó mirando sus Louboutins puntiagudas. Volvieron dentro, algunos chicos tenían un concurso de break-dance. Noel Kahn estaba tratando de hacer una kickworm y Mason Byers estaba haciendo una especie de giro con la cabeza. ¿No se supone que debía ser una función civilizada?
—No sé qué hacer. Tengo dos notas. La primera es mejor que no se las cuente chicas. Pero la segunda realmente parece como si fuera Toby y ahora está aquí con Emily, y...
—Espera, la primera nota decía que estábamos en problemas, y, ¿tú no hiciste nada? —preguntó Hanna. No parecía enojada, literalmente, sólo confundida.
—No estaba segura de que fuera cierto —dijo Spencer. Se paso los dedos por su pelo—. Quiero decir, si hubiera sabido…
—Saben, tengo una nota también —dijo Aria en voz baja.
Spencer la miro perpleja.
—¿Enserio? ¿Se trataba de Toby también?
—No… —Aria reconsideró sus palabras—. Spencer, ¿Por qué estas en ese estudio de Yoga Friday?
—¿Estudio de Yoga? —Spencer cerró los ojos—. ¿Qué tiene eso que ver con...?
—Es mucha coincidencia —dijo Aria.
—¿Qué estás diciendo? —exclamó Spencer.
Hanna las interrumpió.
—Aria, ¿tu mensaje fue acerca de Sean?
—No —se volvió Aria hacia Hannah arrugando la frente.
—Bueno, ¡lo siento! —soltó Hanna—. Recibí también un mensaje de “A”, ¡era sobre Sean! Decía que estaba en Foxy con otra chica… ¡tú!
—Ustedes… —advirtió Spencer, sin querer entrar en esa conversación. Luego frunció el ceño—. Espera, ¿cuándo te llegó el mensaje Hanna?
—Temprano, por la noche.
—Eso significa… —Aria señaló a Hannah—. Si el mensaje de “A”, decía que Sean estaba en Foxy conmigo, significa que “A” nos estaba observando. Lo que significaría que…
—“A”, estaba en Foxy. Lo sé —concluyó Hanna, dándole a Aria una sonrisa forzada.
El corazón le latía con fuerza a Spencer. Estaba pasando realmente. “A” estaba aquí... y “A” era Toby.
—Vamos —Spencer las guió por el largo y estrecho pasillo que conducía a las salas de las subastas. Durante el día, la sala estaba congestionada, con muchas mesas, retratos de personas de mal humor, personas ricas, chirridos sobre el suelo de madera. Pero por la noche, en cada mesa había velas de diferentes aromas, el suelo estaba decorado con luces de diferentes colores. Mientras las chicas se detenían bajo la bombilla color azul, parecían cadáveres.
—Corre de nuevo, Spencer —dijo Aria lentamente—. Tu primer mensaje decía que tú no debías decírnoslo. Pero, ¿no decirnos qué? ¿Qué “A” era Toby?
—No… —Spencer se volvió hacia ellas—. No se supone que les diga lo que sé. Sobre “la cosa de Jenna”.
El horror cruzo por los rostros de las chicas. Aquí viene, pensó Spencer. Respiró profundamente.
—La verdad es... que Toby vio a Ali junto a los fuegos artificiales. Él ha sabido todo desde el principio.
Aria dio un paso atrás y chocó con una mesa. Una pieza de cerámica vaciló, y luego se cayó, destrozando todo el piso de madera. Nadie se movió para limpiarlo.
—Estás mintiendo —le susurró Hanna.
—Me gustaría poder hacerlo.
—¿Qué quieres decir con Toby la vio? —la voz de Aria se volvió temblorosa—. Ali dijo que no.
Spencer se retorció las manos.
—Me dijo que la vio. A mí y a Ali, en realidad.
Sus amigas la miraron parpadeando, estupefactas.
—La noche en que Jenna se lesionó, cuando salió corriendo para ver lo que estaba pasando, Toby se acercó a Ali y a mí. Dijo que vio a Ali diciendo...hazlo
—la voz de Spencer estaba temblando. Había tenido pesadillas tantas veces sobre ese mismo momento, era surrealista estar en él.
—Ali intervino —prosiguió—. Ella le dijo a Toby que lo había visto hacer algo horrible... y que se lo iba a decir a todos. La única manera para que ella no lo dijera era si Toby admitía la culpa. Antes de huir Toby dijo: Te tengo. Pero al día siguiente, confesó.
Spencer pasó la mano por la parte posterior de su cuello. Al decir esto en voz alta la transportó de regreso a esa noche. Podía oler el azufre de los fuegos artificiales encendidos, y el césped recién mojado. Podía ver a Ali, su pelo rubio recogido en una cola de caballo, usando los pendientes de lágrima de perla que había conseguido para su onceavo cumpleaños. Las lágrimas asomaron a sus ojos.
Spencer tragó saliva y continuó.
—El segundo mensaje de “A” decía: Me has hecho daño, así que voy a hacerte daño, y voy a aparecer cuando menos lo esperes. Un policía vino a mi casa esta mañana, de nuevo, me preguntó acerca de Ali, y este policía me estaba molestando, actuando como si supiera algo que no debería. Pensé que podría haber sido Toby. Ahora ha traído aquí Emily. Temo que pueda herirla.
Aria y Hanna se tomaron un tiempo para responder. Por último, las manos de Aria comenzaron a temblar. Un parche de color rojo oscuro se le deslizó hasta el cuello por sus mejillas.
—¿Por qué no nos dijiste antes? —miró insegura a Spencer, en busca de palabras—. Quiero decir, hubo entonces una vez, en el séptimo grado, cuando estaba a solas con Toby, ¡fue un drama total! Podría haberme hecho daño... o a todas nosotras... y si en verdad ofendieron a Ali, ¡podría haberla ayudado a salvarla!
—Me siento mal —se quejó Hanna distante.
Las lágrimas corrían por las mejillas de Spencer.
—Quería contarles, pero tenía miedo.
—¿Qué decía Ali acerca del chantaje de Toby para que no lo dijera? —preguntó Aria.
—Ali no lo diría —mintió Spencer. Se sentía supersticiosa en decirles el secreto de Toby, como si tan pronto como ella lo dijera, un rayo le descendiera... o que Toby apareciera, después de haberlo oído todo.
Aria se miró las manos.
—Toby lo ha sabido todo el tiempo —repitió de nuevo.
—Y ahora está de vuelta... —Hannah asintió pensativamente.
—No sólo está de vuelta —dijo Spencer—. Está aquí. Y es “A”.
Aria agarró el brazo de Hannah.
—Vamos.
—¿A dónde vas? —la llamó Spencer nerviosamente. No quería que Aria desapareciera de su vista.
Aria se dio media vuelta.
—Tenemos que encontrar a Emily —dijo enojada. Cogió el borde de su vestido y echó a correr.
hagan algo por sus vidas bola de huevonas de mierda concha de tu madre
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