sábado, 24 de diciembre de 2011

Club de lectura (1x21)

Estamos otra vez para darte la cuota diaria de PLL, esta vez les traemos el capítulo 21.
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Capítulo 21: ¡Las chicas calientes son iguales a nosotras!

H
anna tomó otro trago de vodka de limón y encendió otro cigarro. Ella no
había visto a Sean desde que habían estacionado su carro en césped de
Kahns hace dos horas, y incluso Mona se había desaparecido. Ahora ella
estaba atascada hablando con el mejor amigo de Noel, James Freed, Zelda Milings
—una hermosa chica rubia que solo utilizaba ropas y zapatos hechas de cáñamo—
y un montón de chicas chillonas elitistas de Doringbell Friends, la ultima escuela cuáquera de moda en el próximo pueblo. Las chicas habían venido a la fiesta de Noel el año pasado y a pesar de que Hanna se las había pasado con ellos en ese entonces, no podía recordar ninguno de sus nombres.
James apagó el Marlboro con el talón de sus Adidas y bebió un trago de cerveza. —
Oí que el hermano de Noel tiene una tonelada de marihuana.
—¿Eric? —preguntó Zelda. —¿Dónde está él?
—En la cabina de fotos —James respondió.
De repente, Sean se precipitó a través de los pinos. Hanna se levantó, se ajustó el vestido de deslizamiento BCBG esperando adelgazarlo, y ató las cintas de sus sandalias nuevas de color azul pálido Christian Louboutin dándole vueltas alrededor de sus tobillos. Mientras corría para alcanzarlo, su talón se hundió en la hierba húmeda de rocío. Ella agitaba sus brazos, dejó caer su copa, y de pronto ella estaba sobre su trasero.
—¡Y ella está abajo!— James gritó borracho. Todas las chicas Doringbell se rieron.
Hanna rápidamente se levantó, apretó su palma con su mano para mantenerse y no llorar. Esta era la fiesta más grande del año, pero se sentía muy lejos de su juego: Su vestido ceñido se caía alrededor de sus caderas, no había sido capaz de obtener una sonrisa de Sean durante el paseo en coche hasta aquí —a pesar del
hecho de que él había sacado el BMW 760i de su padre para pasar la noche— y ella estaba en su tercera limonada vodka abundantes en calorías y eran sólo las nueve y media.
Sean extendió su mano para ayudarla. —¿Estás bien?
Hanna vaciló. Sean estaba vestido con una simple camiseta blanca que acentuaba su fuerte pecho por el fútbol y el estómago plano de buenos genes, pantalones vaqueros azul oscuro Paper Denim que hacían que su trasero tuviera un aspecto impresionante, y harapientos Pumas negro. Su pelo castaño rubio estaba estilizado desordenadamente, sus ojos castaños miraban con alma extra, y sus labios de color rosa extra besables. Por la última hora, ella había visto a Sean unido con todos los hombres allí, y evitándola con cuidado.
—Estoy bien —ella dijo, apretando sus labioS en una manera Hanna que todo el mundo conoce.
—¿Qué es lo que pasa?
Ella trató de balancearse en sus zapatos. —¿Podemos... ir a algún lugar privado por un rato? ¿Tal vez al bosque? ¿Para hablar?
Sean se encogió de hombros. —Bien.
Hanna guió a Sean a un camino que los lleva hacia los bosques Manhood, los
árboles alargados, con sombras oscuras alrededor de sus cuerpos. La última y
única vez que Hanna estuvo allí fue en el séptimo grado, cuando sus amigas tenían una cita secreta con Noel Kahn y James Freed. Ali se besó con Noel, Spencer con James, y ella, Emily y Aria se sentaron en los alrededores y compartieron unos cigarrillos, y miserablemente esperaron a que ellos terminaran.
Esta noche, ella se prometió, sería diferente.
Se sentó en un pequeño claro de césped y empujó a Sean para que se sentara. —¿Te estás divirtiendo? —Le pasó su bebida a Sean.
—Sí, está bien. —Sean tomó un pequeño sorbo. —¿Tú?
Hanna dudó un segundo. La piel de Sean brillaba bajo la luz de la luna. Su camisa tenía una pequeña mancha de sucio por el cuello. —Supongo.
Bien, se acabó el tiempo de charlar. Hanna tomó la bebida de la mano de Sean,
tomó su dulce y cuadrada mandíbula y comenzó a besarlo. Allí. De alguna manera apestaba que el mundo estaba como girando, y que en vez de sentir el sabor de la boca a Sean, sólo sentía el sabor de la fuerte limonada de Mike, pero como sea.
Después de un minuto de besos, ella sintió que Sean la estaba alejando.
Quizás porque estaba apresurando las cosas. Ella se levantó un poco el vestido, exponiendo sus piernas y su pequeña tanga Cosabella color lavanda. El aire del bosque estaba frío. Un mosquito se poso sobre su muslo.
—Hanna —dijo Sean gentilmente, tratando de bajar su vestido a su lugar. —Esto no es... —Pero él no fue lo suficientemente rápido, Hanna ya se había sacado el vestido. Los ojos de Sean dieron un recorrido por todo su cuerpo.
Sorprendentemente esta era sólo la segunda vez que él la veía en ropa interior —al menos que cuentes la semana que ellos estuvieron en la casa de sus padres en Avalon, Jersey Shore, cuando estaba en bikini. Pero eso era diferente.
—Realmente no quieres parar, ¿o si?
—Sí —Sean tomó su mano. —Sí quiero.
Hanna se volvió a colocar su vestido tan bien como pudo.
Ella problamente ya había sido picada por cientos de mosquitos. Sus labios se
crisparon.
—Pero... No lo entiendo. ¿No me amas?
Las palabras se sintieron muy pequeñas y débiles cuando salieron de sus labios.
Sean se tomó un largo tiempo para responder. Hanna escuchó cerca a otra pareja de la fiesta riendo. —No lo sé —él respondió.
—Jesús —dijo Hanna, alejándose de él. El vodka con limón revolvió su estómago.
—¿Eres homosexual? —Las palabras le salieron un poco más odiosas de lo que ella quería.
—¡No! —Sean sonó herido.
—Bueno, ¿entonces qué? ¿No estoy lo suficientemente buena para ti?
—¡Claro que no! —dijo Sean, sonando perturbado. Se quedó pensativo un
momento. —Tú eres una de las más hermosas chicas que conozco, Hanna. ¿Por qué no sabes eso?
—¿De qué estás hablando? —preguntó Hanna, enojada.
—Yo sólo... —comenzó a decir Sean. —Sólo pienso que si te respetaras un poco más a ti misma...
—¡Yo me respeto lo suficiente! —Hanna le gritó. Y se sentó sobre su trasero y se apoyó en el tronco de un pino.
Sean se levantó. Él se veía decepcionado y triste. —Mírate. —Sus ojos viajaron de sus zapatos a su cabeza. —Sólo estoy tratando de ayudarte, Hanna. Me preocupo por ti.
Hanna sentía lágrimas asomándose por las esquinas de sus ojos y trató de
evitarlas. Ella no lloraría ahora. —Yo me respeto —ella repitió. —Sólo quería...
quería... mostrarte cómo me siento.
—Sólo estoy tratando de ser selectivo acerca el sexo. —Él no sonó amable, pero no odioso tampoco. Sólo alejado. —Quiero que sea en el momento perfecto y con la persona adecuada. Y al parecer esa persona no vas a ser tú. —Sean suspiró y se
alejó de ella. —Lo siento. —Luego se abrió paso por los árboles y después ya se había ido.
Hanna estaba tan avergonzada y furiosa, que no podía hablar.
Se trató de levantar para seguir a Sean, pero su tacón se atascó y ella se cayó de nuevo. Extendió sus brazos y se quedó mirando las estrellas, sosteniendo sus pulgares en sus ojos para no llorar.
—Ella parece estar a punto de vomitar.
Hanna abrió sus ojos y vio dos chicos estudiantes del primer año —que parecían no haber sido invitados a la fiesta— la observaban como si hubiese sido una chica que crearon en sus computadoras.
—Lárguense, pervertidos —dijo mirando mal a los chicos mientras se levantaba.
Mirando a través del lugar, pudo ver a Sean corriendo detrás de Mason Byers, con un mazo de críquet. Hanna se olió y se sonrojó para volver de nuevo a la fiesta. ¿Alguien se habría preocupado por ella? Ella pensó en la carta que había recibido ayer. ¡Ni si quiera tu papi te ama lo suficiente!
Hanna deseó, de repente, tener el número de teléfono de su papá, su mente volvía al momento en que conoció su papá a Isabel y a Kate con Ali.
A pesar de que había sido en febrero, el clima en Annapolis era fresco y cálido, y Hanna, Ali y Kate se sentaron en el pórtico, tratando de broncearse. Ali y Kate se estaban conociendo en cuanto a sus tonos de esmalte de uñas favorito de la marca MAC, pero Hanna no estaba atraída al tema. Se sentía pesada e incómoda. Ella había visto el alivio marcado en la cara de Kate cuando ella y Ali salieron del tren, sorprendidas por lo hermosa que era Ali, y luego alivio cuando posó sus ojos en Hanna. Fue como si Kate hubiese pensado, '¡Bueno, no necesito preocuparme por ella!'
Sin darse cuenta, Hanna se había comido un tazón entero de palomitas de maiz de queso que estaba sobre la mesa. Y seis de los profiteroles. Y algunos trocitos de queso que eran para Isabel y su papá. Se aferró a su estómago inchado, le hecho una mirada a los abdómenes planos de Ali y Kate, y se quejó fuertemente, sin querer.
—¿La pequeña cerdita no se siente bien? —preguntó el papá de Hanna.
Hanna se estremeció con el recuerdo y tocó su ahora perfecto abdomen. A —quien quiera que sea A— estaba en lo cierto. Su papá no la amaba lo suficiente.
—¡Todos al estanque! —gritó Noel, sacando a Hanna de sus pensamientos.
En el lugar, Hanna vio a Sean quitarse la camiseta y correr hacia el estanque. Noel, James, Mason, y algunos de los otros chicos se quitaron sus camisetas, pero a Hanna no le importó.
De todas las noches podía ver a los chicos más calientes sin camisa...
—Todos son muy guapos —murmuró Felicity McDowell, quien estaba mezclando tequila con soda de uva, justo a su lado. —¿No crees que lo son?
—Mmm —respondió.
Hanna frunció los labios. ¡Qué se pudra su feliz padre y su perfecta futura hijastra, y que se pudra Sean y su seltividad! Hanna tomo una botella de Ketel One* de la mesa y tomó directamente de la botella. Puso la botella devuelta a su lugar pero al último minuto decidió llevársela con ella al estanque. Sean no se saldría con la suya por rechazarla, insultarla e ignorarla. De ninguna manera.
Se detuvo en una pila de ropa que era de Sean. Los pantalones de mezclilla estaban ordenadamente doblados, y él habia metido sus medias blancas dentro de sus pumas. Asegurándose de que nadie la mirase, tomó los pantalones y se alejó lentamente del estanque. ¿Qué dirían los del Club V si lo atrapasen conduciendo en ropa interior?
Mientras caminaba hacia los árboles con los pantalones de Sean, algo se cayó y aterrizó en sus pies. Hanna lo tomó y se quedó mirando por un momento,
esperando a que dejara de ver todo doble.
Las llaves del BMW.
—Dulce —ella murmuró, presionando el botón de la alarma con su dedo. Luego
lanzó los pantalones al suelo y metió las llaves dentro de su bolso.
Era una hermosa noche para un paseo.
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Nota de la traductora
*Profiteroles: bocadillos dulces.
*Ketel One: un tipo de vodka.

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