Te dejamos el capítulo 26 del libro Perfect.
Si no leíste el capítulo anterior, lo podés leer acá.
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Capítulo 26: Spencer se mete en agua caliente… literal y figurativamente.
El viernes por la tarde, Spencer estaba sumergiéndose en el jacuzzi familiar. Era una de sus cosas favoritas para hacer, especialmente por la noche, cuando todas las estrellas brillaban en el cielo oscuro. Esta noche los únicos sonidos alrededor de ella eran el burbujeo de los chorros del jacuzzi y los babosos sonidos crujientes de Beatrice, una de los labradores de su familia, mordiendo un hueso de cuero crudo.
Entonces repentinamente, escuchó a una ramita partirse en dos. Luego otra. Luego… alguien respirando. Spencer se dio la vuelta mientras su hermana, vestida en un bikini a cuadros Burberry, bajó las escaleras y se sentó en el jacuzzi, también.
Por un rato, nadie dijo nada. Spencer se ocultó bajo una barba de burbujas, y Melissa estaba mirando la sombrilla de la mesa al lado de la piscina. De repente, Melissa inspeccionó a su hermana.
—Entonces, estoy un poco molesta con la Dra. Evans.
—¿Por qué?
Melissa movió sus manos en el agua.
—A veces dice todas estas cosas sobre mí como si me hubiera conocido por años. ¿Hace eso contigo?
Spencer se encogió de hombros. ¿No le había advertido a Melissa que la Dra. Evans haría eso?
Melissa presionó la palma de su mano contra su frente.
—Me dijo que elijo hombres poco confiables para salir. Que de hecho voy detrás de chicos que sé que nunca se comprometerán o involucrarán en nada a largo plazo porque tengo miedo de acercarme a alguien.
Melissa estiró su brazo y bebió de su gran botella de Evian, que estaba situada al lado del jacuzzi. Sobre su cabeza. Spencer vio la silueta de una gran ave, o quizás un murciélago, batiendo sus alas más allá de la luna.
—Estaba enfadada sobre eso al comienzo, pero ahora… no lo sé. —Melissa suspiró—. Tal vez tiene razón. He empezado a pensar en todas mis relaciones. Algunos de los chicos con los que he salido me han parecido realmente poco confiables, justo desde el principio.
Sus ojos pincharon dentro de Spencer, y Spencer se ruborizó.
—Wren es obviamente uno —continuó Melissa, como si leyera los pensamientos de Spencer. Spencer apartó la vista, mirando fijamente a la instalación de la cascada que estaba al otro lado de la piscina—. Ha hecho que me pregunte sobre Ian, también. Creo que me estaba engañando cuando estábamos en secundaria.
Spencer se tensó.
—¿De verdad?
—Uh-huh —Melissa revisó sus uñas perfectamente pintadas de un color melocotón
pálido. Sus ojos estaban oscuros—. Estoy casi segura. Y creo que sé quien fue.
Spencer se mordió un padrastro(Un pequeño pedazo de piel que sale en la región inmediata a las uñas de las manos, causa dolor y molestia.) del pulgar. ¿Qué si Melissa había oído por causalidad a Spencer e Ian en el jardín más temprano? Ian había hecho alusión a su beso. O, peor: ¿qué si Ali le había dicho a Melissa lo que Spencer había hecho, años atrás? No mucho tiempo antes de que Ali desapareciera, el papá de Spencer las había llevado a las cinco a jugar paintball. Melissa también había ido.
—Le voy a decir a Melissa lo que hiciste —Ali le dijo a Spencer con voz cantarina mientras se ponían sus overoles en el vestuario.
—No lo harías —siseó Spencer de regreso.
—¿Ah no? —Ali la molestó—. Mírame.
Spencer había seguido a Ali y a las otras al campo. Todas se agacharon detrás de un gran fardo de heno, esperando que el juego comenzara. Entonces Ali se inclinó y golpeó ligeramente el hombro de Melissa.
—Hey, Melissa. Tengo algo que decirte.
Spencer le dio un codazo.
—Detente.
El silbato sonó. Todas se dispararon hacia adelante y empezaron a tirar al otro equipo.
Todas, las que estaban, excepto por Ali y Spencer. Spencer tomó el brazo de Ali y la arrastró detrás de un fardo de heno cercano. Estaba tan enojada que sus músculos estaban temblando.
—¿Por qué estás haciendo esto? —Exigió Spencer.
Ali rió disimuladamente, inclinándose contra el heno.
—¿Por qué estás haciendo esto? —La imitó con una aguda voz—. Porque está mal. Melissa merece saber.
La rabia se reunió en el cuerpo de Spencer como las nubes antes de una enorme tormenta. ¿Las amigas no guardaban los secretos de la otra? Habían guardado el secreto de Jenna por Ali, después de todo, Ali fue la que prendió ese cohete, Ali fue la que había dejado ciega a Jenna, y todas habían prometido no contarlo. ¿Ali no recordaba eso? Spencer no había querido apretar el gatillo de la pistola de pintura… sólo sucedió. Pintura azul salpicó por todas partes el overol de Ali, y Ali dejo salir un grito asustado. Luego miró a Spencer y se fue hecha una furia. ¿Qué si había ido y le había contado a Melissa entonces, y Melissa ha estado esperando todo este tiempo por el momento oportuno para dejarlo caer? Tal vez era este.
—¿Alguna suposición de quien fue? —La aguijoneó Melissa, sacando a Spencer del recuerdo.
Spencer se hundió más abajo en las burbujas del jacuzzi, sus ojos picando por el cloro.
Un beso difícilmente calificaba como engaño, y había sido hace tanto tiempo.
—Nop. Ninguna pista.
Melissa suspiró.
—Tal vez la Dra. Evans está llena de eso. ¿Qué sabe ella, realmente?
Spencer estudió a su hermana cuidadosamente. Pensaba sobre lo que la Dra. Evans le había dicho sobre Melissa, que su hermana necesitaba validación. Que estaba celosa de Spencer. Era una posibilidad tan rara de considerar. ¿Y podrían los problemas de Melissa tener algo que ver con la vez que habían sido asaltados, Spencer se había enfermado, y Melissa tuvo que ir a su competencia de deletreo con Yolanda? ¿Cuántas otras cosas se había perdido su hermana en ese verano porque sus padres estaban muy ocupados merodeando sobre Spencer? ¿Cuántas veces había sido dejada de lado?
—Me gustaba cuando éramos amigas —dijo una voz dentro de la cabeza de Spencer—. Me gustaba interrogarte con tus palabras de deletreo. Odio la forma en que son las cosas ahora, lo he odiado por mucho tiempo.
—¿Realmente importa si Ian te engañó en la secundaria? —dijo tranquilamente Spencer—. Quiero decir, fue hace mucho tiempo.
Melissa miró fijamente al oscuro cielo iluminado. Todas las estrellas habían salido.
—Desde luego que importa. Estuvo mal. Y si alguna vez averiguo que es verdad, Ian va a arrepentirse el resto de su vida.
Spencer se estremeció. Nunca había escuchado a Melissa sonar tan vengativa.
—Y ¿qué le harás a la chica?
Melissa ser giró muy lentamente y le dio una sonrisa venenosa a Spencer. En ese momento, las luces programadas del patio trasero se encendieron. Los ojos de Melissa resplandecieron.
—¿Quién dice que no le he hecho algo ya?
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