Estamos otra vez para darte la cuota diaria de PLL, esta ve les traemos el capítulo 19.
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Viernes por la noche, Spencer yacía en su cama con dosel de arce en la mitad
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Capítulo 19: Picante.
Viernes por la noche, Spencer yacía en su cama con dosel de arce en la mitad
de su nueva habitación en el granero con Icy Hot* untado en su espalda,
mirando al hermoso techo de vigas. Uno nunca se imaginaría que hace
cincuenta años, las vacas habían dormido en este establo. La habitación era
enorme, con cuatro gigantescas ventanas y un pequeño patio. Después de la cena la noche anterior, había movido todas sus cajas y muebles allí. Había organizado todos sus libros y CDs de acuerdo al autor y artista, incluso hasta el sonido envolvente de su TiVo* de acuerdo a sus preferencias, incluyendo sus programas favoritos de lo nuevo de BBC* Latina. Había sido perfecto.
Excepto, por supuesto, por su palpitante espalda. Le dolía el cuerpo como si
hubiera practicado salto Bunge sin cordón de seguridad. Ian la había hecho correr tres millas, en una carrera de velocidad, seguida de una práctica de ejercicios.
Todas las chicas habían estado hablando acerca de lo que llevaban a la fiesta de Noel de esta noche, pero después de la infernal la práctica, Spencer era tan feliz de quedarse en casa con algunas tareas de cálculo, sobre todo porque ahora su casa era su pequeño propio establo.
Spencer tomó la jarra de Icy Hot y se dio cuenta que estaba vacío. Se incorporó lentamente, y puso su mano sobre su espalda como una anciana. Sólo tenía que conseguir un poco más de la casa principal. Spencer amaba que ahora podría llamar la casa principal. Se sentía terriblemente crecida. Al cruzar su largo y ondulado césped, dejó que su mente volviera a uno de sus temas favoritos dutour*, Andrew Campbell. Sí, fue un alivio que A era Andrew y no Ali, y sí, ella se sintió un mil millones de veces mejor y un trillón de veces menos paranoica desde ayer, pero aún así, ¡qué, entrometido, horrible espía!
¿Cómo se atreve a hacer tal cosa? ¡Chismosear preguntas impertinentes en la sala de lectura y escribirle un escalofriante e-mail! Y todo el mundo pensaba que era tan dulce e inocente, con su perfecta corbata anudada y su piel luminosa, que es probablemente el tipo que la trae a la escuela y la lava después de la clase de gimnasia.
Cerrando la puerta del baño de arriba, se encontró con el tarro de Icy Hot en el
armario, se bajó el Puma Nuala* calientes pantalones, se volvió para mirarse en el espejo, y empezó a frotarse el bálsamo en todo la espalda y los isquiotibiales* al instante, el apestoso olor de menta del Icy Hot flotaba alrededor de la sala, y ella cerró los ojos.
La puerta se abrió. Spencer trató de tirar de sus pantalones arriba lo más rápido que pudo.
—Oh mi Dios, —dijo Wren, los ojos muy abiertos. —Yo… mierda. Lo siento.
—Está bien, —dijo Spencer, revolviendo para atarle la cintura.
—Todavía estoy confundido acerca de esta casa… —Wren llevaba sus batas azules hospital, que consistía en un cuello en V drapeado en la cintura los pantalones pata ancha y corbata-top. Parecía todo listo para la cama.
—Pensé que esto era nuestro dormitorio.
—Pasa todo el tiempo, —dijo Spencer, incluso aunque obviamente no sucedía.
Wren se detuvo en el umbral. Spencer lo sintió mirándola y rápidamente bajó la
mirada para asegurarse de que sus pechos no estuvieran fuera y no hubiera una mancha de Icy Hot en su cuello.
—Así que, eh, ¿cómo está el granero? —Preguntó Wren.
Spencer sonrió, y luego tímidamente se cubrió la boca. El año pasado, había
blanqueado sus dientes en el dentista y había venido quedado un poco demasiado blancos. Ella había tenido que agregarles color mate con toneladas de café.
—Increíble. ¿Cómo está la antigua habitación de mi hermana?
—Um. Es bastante… rosa.
—Sí. Todas esas cortinas de volantes —añadió Spencer.
—He encontrado un CD inquietante, también.
—¿Ah, sí? ¿Qué?
—Fantasma de la Opera. —Él hizo una mueca.
—¿Pero no estás en obras de teatro? —Spencer dejó escapar.
—Bueno, Shakespeare y cosas así. —Wren levantó una ceja. —¿Cómo lo sabes?
Spencer palideció. Puede sonar raro si le contaba a Wren que lo había buscada en Google. Ella se encogió de hombros y se recostó en el mostrador. Un dolor súbito explotó a través de su baja espalda, y ella dio un respingo.
Wren vaciló. —¿Qué te pasa?
—Um, tú sabes. —Spencer se apoyó en el fregadero. —Campo de hockey de
nuevo.
—¿Qué has hecho esta vez?
—Algo tirado. ¿Viste el Icy Hot? —sosteniendo la toalla en una mano, cogió la
jarra, cogió un poco en su palma, y deslizó la mano por debajo de sus pantalones y se lo frotó en su tendón de la corva. Ella gimió levemente, y esperaba que fuera un sexy gemido. Bien, por lo que su demanda era poco dramática.
—¿Necesitas ayuda?
Spencer vaciló. Pero Wren se veía tan afectado. Y era insoportable, bueno,
doloroso, de todas formas, torcer la espalda de esa manera, aunque ella lo hacía a propósito.
—Si no te importa —dijo ella en voz baja. —Gracias.
Spencer dio un codazo a la puerta cerrándola un poco más con su pie. Ella untó el Icy Hot de su mano en la de él.
Las largas manos de Wren se sentían sexy con bálsamo. Ella atrapó la vista de sus figuras y se estremeció. Ellos parecían increíblemente juntos.
—¿Y dónde está el daño? —Preguntó Wren.
Spencer señaló. El músculo estaba justo debajo de su trasero.
—Espera, —murmuró. Ella cogió una toalla la envolvió a su alrededor, y luego se bajó sus pantalones debajo de la toalla. Hizo un gesto a donde le dolía, lo que indicaba que Wren tenía que llegar por debajo de la toalla. —Pero, bueno, trata de no acercarte demasiado a la toalla, —dijo— le rogué a mi mamá por estos programas especiales de Francia años atrás, y el Icy Hot los arruinaría. No puedes contraer el olor en la ropa.
Oyó a Wren sofocar una carcajada y se puso tensa. Si se hubiera puesto más tensa y Melissa…
Wren peinó hacia atrás su cabello con su mano libre de bálsamo y se arrodilló,
poniendo el Icy Hot en su piel. Él puso sus manos debajo de la toalla y empezó a frotar lento, en círculos suaves a través de sus músculos. Spencer se relajó y luego se apoyó en él un poco. Se puso de pie, pero no se alejó de ella. Sintió su aliento en su hombro, y luego en su oreja.
Su piel se sentía radiante y ardiente.
—¿Se siente mejor? —Wren murmuró.
—Se siente increíble. —Ella pudo haberlo dicho en su cabeza, no estaba segura.
Debo hacerlo, Spencer pensó. Debo besarlo. Él apretó las manos con más firmeza en la espalda, las uñas excavaron un poco dentro. Su pecho revoloteaba.
En la sala, sonó el teléfono.
—¿Wren, querido? —La madre de Spencer llamó desde abajo. —¿Estás arriba?
Melissa está en el teléfono para ti.
Él saltó hacia atrás. Spencer se sacudido hacia adelante y tiró la toalla a su
alrededor. Él rápidamente limpió el Icy Hot fuera de su mano sobre otra toalla.
Spencer estaba demasiado aterrorizada para hablar.
—Um, —él murmuró.
Ella apartó la mirada. —Debes…
—Sí.
Empujó la puerta abriéndola. —Espero que haya funcionado.
—Sí, gracias —murmuró ella, cerrando la puerta detrás de él. Luego se colgó sobre el lavabo y se quedó mirando su reflejo.
Algo brilló en el espejo, y por un segundo, ella creyó que alguien estaba en la
ducha. Pero era sólo el aleteo de la cortina de ducha, impulsada por una brisa de la apertura de la ventana. Spencer se volvió hacia el fregadero.
Habían derramado algunas gotas de Icy Hot sobre el mostrador. Era blanca y
pegajosa, una especie de crema de vainilla. Con su dedo, Spencer enunció el
nombre de Wren. Luego dibujó un corazón a su alrededor.
Spencer consideró salir de ahí. Pero cuando se dio cuenta Wren estaba en el pasillo y dijo, —Hey, amor. Te extrañé, —ella frunció el seño y se lo frotó con la palma de su mano.
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Nota de la traductora
*Alivio para las molestias provocadas por el dolor artrítico, muscular, de espalda, torceduras y desgarres.
*TiVo es una tecnología que permite grabar el contenido de la televisión.
*Corporación Británica de Radiodifusión.
*En francés —del día—.
*Marca de ropa.
*Músculo de la parte interna.
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